Librerías
La tarde lluviosa no da muchas opciones. Agua y viento, ráfagas que voltean los paraguas, pantalones mojados por debajo de la gabardina… y la oportunidad de guarecerse. Un lugar cálido y seco, acogedor, un lugar para disfrutar de un momento tranquilo entre mesas y estanterías, respirando imprenta y barniz.
Las viejas librerías de la ciudad han desaparecido poco a poco, los nombres han cambiado y se ha roto la tradición de …